Es cierto que bajo los efectos del estrés o a causa del poco tiempo que deja el exceso de trabajo es fácil caer en los antojos y las comidas rápidas que suelen aportar pocos nutrientes además de favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Y, si después de una comida rica pero pesada has sentido cansancio o te cuesta concentrarte, es muy probable que una de las razones sea la mala alimentación.
Mejora la concentración
Una mala alimentación no solo es responsable del exceso de peso, también impacta al cerebro y sus capacidades de realizar ciertas funciones como la de concentración. Llevar una dieta poco balanceada con alto contenido de grasas, carbohidratos y azúcares puede generar cansancio y baja concentración debido a los esfuerzos del cuerpo por procesarla. Además, está comprobado que la falta de azúcar en el cuerpo reduce los periodos de concentración y vuelve más lento el desarrollo de las actividades laborales.
Reduce el riesgo de enfermedad
Por esto es tan importante poner atención en la forma de alimentarnos durante la jornada laboral, que además suele ser sedentaria, lo que puede ocasionar problemas de circulación y propiciar enfermedades cardiovasculares. Comer bien te mantendrá sano y te permitirá reducir las ausencias por enfermedad y desempeñar de manera óptima tu trabajo.
Incremento de energía
Consumir productos menos procesados, menos grasas, menos azúcares y evitar un ayuno prolongado es el primer paso para mejorar la salud. Lo siguiente sería, incluir cereales, proteínas, vegetales, frutas, carnes magras y grasas saludables para poder brindarle al cuerpo la energía necesaria. Todo cambio es paulatino, pero notarás una mejora en tu desempeño tras solo un par de semanas siguiendo estos consejos. Así, se acabarán esos momentos frente a la computadora en los que en lugar de trabajar, piensas en lo bien que te haría una siesta.
Mayor productividad
La Organización Internacional del Trabajo asegura que una buena alimentación ayuda a incrementar la productividad hasta un 20%. Y es que al brindarle al cuerpo los nutrientes necesarios, se nota en todos los niveles. Una persona sana es más feliz, está más concentrada, tiene más energía y eso impacta en ella y su entorno, ya que además de incrementar su productividad, ayudará a crear un ambiente laboral adecuado que, a su vez, fomenta la productividad en el resto del equipo.
